jueves, 13 de diciembre de 2007

Enfrentando Fantásmas

Chelsea – Counting Crows

I never go to New York City these days
Something about the buildings in Chelsea just kills me
Maybe in a month or two,
Maybe when things are different for me,
Maybe when things are different for you
You know all of this shit, just sticks in my head

¿Que es perder el control?
Ayer saliendo del psicólogo (así es su estimado nevermorgue va al psicólogo) me encontraba en conocida avenida de la ciudad de México, (Insurgentes sur a la altura de Mixcoac) después de una interesante charla sobre mis problemas personales con mi psicoloca me quede pensando por un momento en la pregunta que abarco el tema de la semana, ¿Cuántas veces he perdido el control de mi vida?, es una pregunta fuerte o mas bien difícil de contestar. Me encontraba cerca de de la que alguna vez fue mi escuela de música Yamaha de San Ángel y empecé a reflexionar sobre las situaciones que me orillaron a perder el control por primera vez en mi vida y posiblemente perdí una de las cosas que más me han gustado en mi vida, el amor al piano. Decidí pasar a buscar a la que fue mi maestra de piano, hace mas de 11 años que no sabía nada de ella, es extraño después de 11 años uno creería que el tiempo ha pasado y se han dejado muchas cosas atrás pero definitivamente hay cosas que jamás podrán desaparecer. Al llegar a la recepción pregunté por ella, la maestra Teresa Teja, no supieron darme razón de ella, pero si pudieron decirme que su hija (maestra de órgano) Nic Teja se encontraba en la sala de ensambles preparando el recital de fin de año. Rápidamente subí las escaleras a buscar a la hija de mi maestra, ella también fue mi maestra, cuando la encontré fue uno de esos momentos de nerviosismo, después de tanto tiempo enfrentar a los viejos fantasmas es difícil, de inmediato no supe como pero me reconoció me dijo hola, como has estado a lo que respondí: “te acuerdas de mi”, y ella satisfacción respondió: “como hacerlo si eras el mejor estudiante de mi mama”.
Se disparó inmediatamente la clásica charla, que suelen tener dos amigos que después de tanto tiempo sin verse se suelen tener, de esas que dan gusto y te alegran el día, poco a poco fue llegando el momento que tanto y durante mucho tiempo había temido, la irremediable explicación del porque había dejado el piano tan abruptamente, a lo que inicialmente evadí cambiando el tema, si he de ser sincero aun no estaba preparado para contestarle con la verdad. Poco a poco fuimos terminando la plática hasta que le pregunte como estaba la maestra Teresa Teja, fue como un balde de agua fría, un momento en el cual el silencio enmudeció la sala de ensamble durante unos segundos, ella me respondió con tristeza que había fallecido hace 2 meses de cáncer en el estómago, su respuesta para mi fue un momento muy difícil, recordar o hablar de ella en pasado, simplemente “hurts like hell” me vinieron a la mente tantos recuerdos, sus enseñanzas, ella fue uno de esos personajes que durante mi vida cambiaron drásticamente el curso de las cosas, la quería mucho.
Después de tan duro momento Nic me preguntó directamente el porque dejé el piano de un día para otro, me dijo: “Mi mama te extrañó mucho, escucharte tocar era maravilloso para ella”, y sin mas preámbulos tuve que contestar con la verdad, pagar la deuda que durante muchos años tuve con mi maestra de Piano Teresa Teja. “Porque perdí el control de mi vida, el piano significo tantas cosas en aquellos momentos tan difíciles por los que estaba pasando y tuve que dejarlo, mi papa me presionaba tanto que terminé en el hospital”. Simplemente me dio un abrazo y me dijo que debería volver a tocar el piano, tienes lo necesario, a lo que le respondí que me gustaría mucho.
Salí de Yamaha de San Ángel, con el idea de volver a tocar el piano, regresar a lo que alguna vez fue la causa de que perdiera el control de mi vida por primera ocasión, pero reflexionando, y pensando en el pasado, tocar el piano fue maravilloso en esa etapa de mi vida, el contexto en el cual aprendí a tocar el piano no fue el adecuado, por muchos años desarrolle una fobia al mismo pero ahora la idea de regresar me hace sentir bien, aquello que me hizo feliz durante tantos años, regresaría a mi y con suerte me ayudaría a ser una mejor persona, a poder expresar tantas cosas que a veces las palabras simplemente se quedan cortas.

Recuerdo una frase que una vieja amiga, que no veo desde hace 4 años me dijo: “Quiéreme cuando menos lo merezca, porque es cuando mas te necesito” y es que este año he perdido a dos grandes personas en mi vida, una de ellas fue mi abuela, María Zamudio Acevedo, la otra persona fue mi maestra de piano Teresa Teja, eso también me hace reflexionar, nunca debemos esperar demasiado tiempo para decirles a las personas cuanto las queremos, nunca dejemos a esa persona con una idea equivocada, pueden pasar 2 o 3 meses u 11 años, es lo mismo cuando regresemos puede ser demasiado tarde.

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